Clásicos para el ganado lechero
Clásicos para el ganado lechero
La adopción de la música clásica para el ordeño de las vacas, realizada por el equipo del Ecocentro del Club PRÓ-VIDA de Araçoiaba da Serra, en San Pablo, Brasil, es el resultado de una investigación realizada en el club por nuestra amiga veterinaria, Natalya Abduch. El estudio mostró que la música puede promover el bienestar en los animales y reducir el estrés. Puede funcionar como agente de condicionamiento y, también, como estímulo. Además de eso, parece ejercer una influencia sobre las hormonas de la lactancia, que puede ser evaluada a través de exámenes de laboratorio.
En 2017, Natalya realizó experimentos en su trabajo de conclusión de curso (TCC) en la Universidad de Sorocaba (UNISO), bajo el tema “Los efectos de la música clásica en la producción de leche del ganado lechero”. El experimento se realizó con doce vacas, en dos momentos diferentes.
Inicialmente se eliminaron las condiciones que alteran el estado de los animales. Las vacas tienen un horario fijo para el ordeño y cuando este se atrasa, ellas sienten y se comportan de modo diferente; así como cuando una persona desconocida entra en el establo. Tales situaciones provocan un cierto estado de tensión en el animal y, como consecuencia, disminuye la cantidad de leche extraída. Entonces, la primera fase fue dedicada a la adaptación de los animales ante la presencia de la investigadora. Luego de esto, se realizó la medición de la leche extraída en un período de catorce días sin música y, en los catorce días subsiguientes, con música.
En la segunda etapa, durante los primeros catorce días, se midió la cantidad de leche extraída, sin música, para establecer el parámetro de la recolección del siguiente período. En los catorce días subsiguientes, los animales pasaron a escuchar a Beethoven, Bach, Schubert y Mozart, dos veces al día – ya que hay dos ordeños en el Ecocentro – por alrededor de dos horas, una antes del ordeño y la otra, durante. Luego, la medición.
La selección de los autores y de la música se tuvo en cuenta por las frecuencias musicales, la indicación de amigos y por la propia intuición. Eran melodías suaves. Para las vacas, bastaba una melodía pero, pensando también en los empleados que trabajaban en el ordeño, se eligieron alrededor de quince composiciones para ser reproducidas aleatoriamente.
El resultado de esta observación empírica fue: al escuchar la música, los animales aparentaban mayor tranquilidad, se colocaban en pie y en fila, a la espera de ser ordeñados. ¿Y en cuanto a la producción leche? Hubo un aumento verificado del 30%. Concluida la investigación, el ordeño volvió a la forma tradicional, sin música, y la extracción de leche, a los números anteriores.
¿Pero solamente los animales se beneficiaron con eso? Ciertamente, como dijo nuestra amiga, los empleados se beneficiaron y ellas también sintieron un cambio en su estado emocional. Y tal vez hasta la vegetación de los alrededores pudo haber sacado algún provecho.