Acción puesta en potencia
Acción puesta en potencia
Existen aves migratorias que surcan el cielo en forma de “V”. Se dice que los movimientos de las que van al frente potencian a las de atrás; que aquella que se aparta del grupo, siente la resistencia del aire y vuelve para fortalecerse de la compañía de las demás. Pareciera que su poder de vuelo crece al desplazarse juntas.
En una colmena, numerosas abejas dividen sus tareas de manera organizada y solidaria; y como ellas, también las hormigas forman equipos eficientes, pues cada una asume su función en coordinación con las demás.
El hombre integrado con estos ejemplos de la naturaleza también privilegia la ayuda mutua en provecho del todo, porque reconoce que es parte de esa naturaleza. Es parte y es todo en la organización del trabajo.
Su capacidad de innovación trasciende fronteras y, en la era digital, el trabajo colaborativo y voluntario agrega una infinidad de herramientas y las pone a disposición de millones de personas en un solo clic. Un concepto diferente de aprendizaje en el que la información compartida enriquece la construcción colectiva de conocimientos.
Pareciera que, al hacer algo juntos, el Trabajo adquiere otro sentido, su fuerza aumenta, se potencia gracias a la acción de muchas manos unidas que contribuyen a la realización de un objetivo común.
La actitud colaborativa es una de las bases de las actividades realizadas en PRÓ-VIDA. Cada persona busca cumplir con su parte y ofrecer lo mejor de sí, según sus habilidades, guiada por un objetivo mayor que comprende a todos.
Un movimiento que bien podría describirse en forma de “V”, como aquel de las aves, pero por la “V” de Verdad, aquella que, cuando es puesta en acción, da ejemplos de buena voluntad y de un mundo mucho mejor.
